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¿Por qué y cómo educar en educación ambiental? Why and how to educate in environmental education?

¿Por qué educar a nuestros jóvenes en los valores de la educación ambiental?

Educar en la concienciación ambiental posee muchas ventajas. No sólo es positivo, porque desarrolla ciertas virtudes como la responsabilidad, el pensamiento crítico y el conocimiento del medio sino también desarrolla competencias emocionales como la empatía, la identificación y comprensión del otro y el respeto hacia él y su entorno.

Así, educar para el desarrollo sostenible también supone reordenar nuestros valores y criterios a la hora de establecer nuestras prioridades, considerando siempre tres ámbitos fundamentales: sociedad, medio ambiente y economía y en consecuencia hacernos tres preguntas fundamentales:

  1. ¿Colaboro con modelos de producción que respetan la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas?

  2. ¿Cómo planteo mi vida para que sea más sostenible?

  3. ¿Sé lo que compro?, ¿por qué lo compro?, ¿cuál es la realidad social que hay detrás de cada uno de los productos que compro y consumo?

Desde luego, el modelo social que persigue explotar la naturaleza, enriquecer sólo a las oligarquías e ignorar las perspectivas a largo plazo, desarrollando sólo los aspectos tecnológicos al servicio de lo antes mencionado, no supone un nuevo modelo de avance social y menos, un modelo de desarrollo sostenible.

Así, es fundamental, una escuela evolucionada, comprometida, que desarrolle el pensamiento crítico del alumnado. Es hora de que tanto familias como docentes, tomen en serio la apertura hacia un espacio a la reflexión sobre qué estamos haciendo mal.


La educación para el desarrollo sostenible, no es posible si no consideramos importante la reflexión y acción, con respecto a ciertos valores éticos, como son:

  1. La participación en causas sostenibles, justas y pacíficas.

  2. Valorar y proteger la inmensa belleza de la Tierra no sólo para nosotros sino para nuestra descendencia.

  3. Educar en el respeto a todos los seres vivos y formas de vida.

  4. Defender y respeto el derecho de todos, erradicando toda forma de discriminación: pobreza, desigualdad de género, etc.

  5. Promover una cultura del respeto, de la tolerancia, donde la violencia no signifique la justificación de unos medios para un fin perverso.

El planeta sufre ahora mismo muchas son las amenazas a las que se enfrenta nuestro planeta; el consumo masivo de carbón, petróleo y gas natural, el deterioro de los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, el cambio en el uso de la tierra, la continua producción de basura y su deficiente reciclaje y la contaminación de los océanos.

Pero sobre todo, hay que crear conciencia entre las nuevas generaciones acerca del consumo emocional. Hoy en día la publicidad influye en nuestros cinco sentidos, no sólo compramos por hedonismo, también compramos por un afán de compensación (Lipovetsky, 2006) ante un disgusto. Así, cuanto más frustrados estamos, mayor consuelo se busca en la satisfacción inmediata con algo que se pueda comprar. El ser humano se anestesia a través del consumo, cuando sólo vive para satisfacer deseos. Existe la cultura del reemplazo; cambiamos el producto sin saber siquiera si es posible arreglarlo. Las empresas también incentivan ese modelo de consumo pues, cada vez se fabrican productos de peor calidad, con el fin de ser reemplazados también con una mayor periodicidad (obsolescencia programada).

Nuestra sociedad individualista, a la conquista de la salud ilimitada, obsesionada con la utópica felicidad total , ¿puede cambiar? Desde todo punto de vista, sí, pero es necesario una revolución interior tanto en el aspecto social, económico, político, moral, cultural, intelectual o espiritual.

Para esto, hay un decálogo de aspectos sobre los que podemos tomar decisiones, en nuestra vida diaria y a todo nivel, sea cual sea nuestra condición económica, social, etc.

  1. Modelo de consumo responsable que reflexione y abra debate sobre las consecuencias de nuestros actos tanto para la ecología como para los humanos.

  2. No aceptar la idea que asocia el consumismo con la realización social.

  3. Ser conscientes de los mecanismos psicológicos que utiliza la publicidad para generar deseos.

  4. Mejorar la transparencia en la información al consumidor.

  5. Desarrollar un consumo ético y sostenible a nivel institucional, que promueva la penalización del desperdicio, la contaminación o la marginación social.

  6. Robustecer el consumo ético en lo colectivo.

  7. Incentivar acciones de denuncia a empresas que explotan a sus trabajadores o que no cuiden a los animales o a la naturaleza.

  8. Ser consciente de los beneficios de los bienes de consumo benéficos, sostenibles y socialmente justos.

  9. Promocionar la economía solidaria.

  10. Fomentar la cultura del consumo ético, a través de la educación sensibilizadora.


¿Cómo educar en el respeto por el medio ambiente y la solidaridad con el cuidado del planeta?

  1. Profundizando en el conocimiento sobre la naturaleza, para poder comprender las relaciones de interdependencia ente el ser humano y la tierra, y así, tomar decisiones positivas y correctas.

  2. Comprender que nuestra salud y la del planeta van de la mano, porque estamos unidos y relacionados. Muchas de nuestras enfermedades encuentran el origen en prácticas poco respetuosas con el medio ambiente.

  3. Aprender a adquirir hábitos saludables de consumo, desarrollando una economía ecológica, consciente.

  4. Reducir el consumo de alimentos ultra procesados, que contienen más de cinco ingredientes en la etiqueta (azúcares, harinas, aceites vegetales, aditivos, etc. y sustituirlos por comida real, poco procesada.

  5. Disminuir la consumición de productos animales, no sólo ayuda a favorecer hábitos más sanas, con una dieta más basada en frutas, verduras y legumbres, sino también, ayuda a mejorar los hábitos de cría y mercado.

  6. Comprar productos agroecológicos: resultado de un sistema agrario que mejora la fertilidad del suelo, promueve y desarrollo el policultivo y además integra la ganadería y la silvicultura locales.

  7. Evitar el capricho de tirar algo que aún sirve sólo porque está un poco desgastado o simplemente estamos aburridos. Conviene preguntarse acerca de todos los usos que algo puede tener y si se puede arreglar.

  8. Aprender a reciclar, con las tres r: reducir residuos, reutilizar materiales usados y reciclar cuando no se puede ni reducir ni reutilizar.

  9. Fomentar el voluntariado ambiental: conservación el litoral o los ríos, restaurando espacios verdes y defendiendo el medio forestal.

¿Cómo educar en el aula para una vida plena en el desarrollo sostenible?

  1. Simulaciones en las que se ofrece al alumnado experiencias educativas en las que tengan que cuidar el medio ambiente o realizar actividades prudentes de conservación ambiental.

  2. Discusiones en clase, donde se aportan experiencias vividas, por ejemplo, ¿por qué es bueno reciclar el aluminio, vidrio, etc.

  3. Análisis de temas: identificando argumentos relacionados con problemas reales de la comunidad, las personas involucradas, posibles soluciones, etc.

  4. Narración de historias.

  5. Estudio de casos sobre problemáticas locales: recogida de basura orgánica, manejo del plástico, etc.

  6. Trabajo de campo y aprendizaje al aire libre. Actividades de aprendizaje servicio en las que se una el aprendizaje teórico de contenidos con un servicio a la sociedad que mejora una situación.

¿Cómo educar en el consumo responsable?

Desarrollando, por supuesto, habilidades y competencias interpersonales, incentivando la práctica de la reflexión sobre el otro:

  1. Mostrar la importancia de la generosidad, valorando lo que se posee. Ser generoso implica sacrificar algo que se guarda para sí, para el bien del otro.

  2. La generosidad, sólo se desarrolla cuando se ha entendido la situación del otro a través de desarrollar la sensibilidad con respecto a los demás. Además, tras el análisis de la situación viene la reflexión sobre qué es lo que conviene para ayudar a esa persona concreta.

  3. Comprender el ejemplo de personas generosas. Vivir con personas generosas nos desarrolla y permite también que aprendamos de ellos a practicar la generosidad.

  4. Desactivar nuestros mecanismos que consideran que la felicidad consiste en los bienes de consumo. El dinero y los bienes se consideran socialmente garantía de felicidad, porque se viven desde fuera. Sin embargo, amplio es el colectivo de personas que saben a ciencia cierta que esto no es cierto.

  5. Simplificar nuestras necesidades reales, reflexionando y educando sobre cómo diferenciar entre lo esencial, real que me realiza como persona, y el producto que satisface una necesidad superflua y transitoria, por lo tanto, es innecesario.

  6. Aprender a disfrutar de la vida más y consumir menos: disfrutar de lo que se tiene y de con quién lo compartimos.

  7. Explicar a nuestros jóvenes, cuál es la situación económica familiar, sobre todo si hay dificultades. Esta realidad debe ser conocida por todos los miembros de la familia, aceptarla y hacerse cargo de ella.

  8. Desarrollar una relación sana y justa con el dinero, dando el dinero sin motivo, sin dramatismos, para que aprendan a recibirlo con indiferencia, como algo más y así que no aprendan a amarlo, sino al contrario, a no amarlo, ya que no sirve para satisfacer los deseos más auténticos.

Why educate our young people in the values ​​of environmental education?

Educating in environmental awareness has many advantages. It is not only positive, because it develops virtues such as responsibility, critical thinking and knowledge of the environment, but it also develops emotional skills of consideration and respect for others and their environment.

Thus, educating for sustainable development also means reordering our values ​​and criteria when establishing our priorities, always considering three fundamental areas: society, environment and economy and consequently asking ourselves three fundamental questions:

  1. Do I collaborate with production models that respect biodiversity and the balance of ecosystems?

  2. How do I approach my life to make it more sustainable?

  3. Do I know what I buy? Why do I buy it? What is the social reality behind each of the products I buy and consume?

Of course, the social model that seeks to exploit nature, enrich only the oligarchies and ignore long-term perspectives, developing only the technological aspects at the service of the aforementioned, does not imply a new model of social progress and even less, a model of sustainable development. Thus, it is fundamental, an evolved, committed school that develops the critical thinking of students. It is time for both families and teachers to take seriously the opening towards a space to reflect on what we are doing wrong.

Education for sustainable development is not possible if we do not consider reflection and action important, with respect to certain ethical values, such as:

  1. Participation in sustainable, just and peaceful causes.

  2. Value and protect the immense beauty of the Earth not only for ourselves but for our offspring.

  3. Educate in respect for all living beings and forms of life.

  4. Defend and respect the rights of all, eradicating all forms of discrimination: poverty, gender inequality, etc.

  5. Promote a culture of respect, of tolerance, where violence does not mean the justification of some means to a perverse end.

The planet is suffering right now, there are many threats that our planet faces; the massive consumption of coal, oil and natural gas, the deterioration of natural resources, the loss of biodiversity, the change in land use, the continuous production of garbage and its poor recycling and the pollution of the oceans.

But above all, we must create awareness among the new generations about emotional consumption. Today, advertising influences our five senses, we not only buy out of hedonism, we also buy out of a desire to compensate (Lipovetsky, 2006) in the face of disappointment. Thus, the more frustrated we are, the greater consolation we seek in immediate satisfaction with something that can be bought. The human being anesthetizes himself through consumption, when he only lives to satisfy desires. There is the culture of replacement; we change the product without even knowing if it is possible to fix it. Companies also encourage this consumption model, since products of poorer quality are increasingly being manufactured, in order to be replaced more frequently (planned obsolescence).


Can our individualistic society, in pursuit of unlimited health, obsessed with utopian total happiness, change? From every point of view, yes, but an inner revolution is necessary in the social, economic, political, moral, cultural, intellectual or spiritual aspects. For this, there is a decalogue of aspects on which we can make decisions, in our daily life and at all levels, whatever our economic, social, etc., condition.

  1. Model of responsible consumption that reflects and opens debate on the consequences of our acts for both the ecology and for humans.

  2. Do not accept the idea that associates consumerism with social achievement.

  3. Be aware of the psychological mechanisms that advertising uses to generate desires.

  4. Improve transparency in consumer information.

  5. Develop ethical and sustainable consumption at the institutional level, which promotes the penalization of waste, pollution or social marginalization.

  6. Strengthen ethical consumption in the collective.

  7. Encourage actions to denounce companies that exploit their workers or that do not take care of animals or nature.

  8. Be aware of the benefits of charitable, sustainable and socially fair consumer goods.

  9. Promote the solidarity economy.

  10. Promote the culture of ethical consumption, through awareness education.


How to educate in respect for the environment and solidarity with the care of the planet?

  1. Deepening the knowledge about nature, in order to understand the relationships of interdependence between the human being and the earth, and thus, make positive and correct decisions.

  2. Understand that our health and that of the planet go hand in hand, because we are united and related. Many of our diseases find their origin in practices that are not respectful of the environment.

  3. Learn to acquire healthy consumption habits, developing an ecological, conscious economy.

  4. Reduce the consumption of ultra-processed foods, which contain more than five ingredients on the label (sugars, flours, vegetable oils, additives, etc.) and replace them with real food, little processed.

  5. Reducing the consumption of animal products not only helps to promote healthier habits, with a diet more based on fruits, vegetables and legumes, but also helps to improve breeding and market habits.

  6. Buy agroecological products: the result of an agrarian system that improves soil fertility, promotes and develops polyculture and also integrates local livestock and forestry.

  7. Avoid the whim of throwing away something that is still useful just because it is a bit worn out or we are simply bored. Ask yourself about all the uses something can have and if it can be fixed.

  8. Learn to recycle, with the three R’s: reduce waste, reuse used materials and recycle when it cannot be reduced or reused.

  9. Promote environmental volunteering: conservation of the coastline or rivers, restoring green spaces and defending the forest environment.

How to educate in the classroom to raise awareness for a full life in sustainable development?

  1. Simulations in which students are offered educational experiences in which they have to take care of the environment or carry out prudent environmental conservation activities.

  2. Discussions in class, where lived experiences are provided, for example, why is it good to recycle aluminum, glass, etc.

  3. Analysis of issues: identifying arguments related to real problems in the community, the people involved, possible solutions, etc.

  4. Storytelling.

  5. Case studies on local problems: organic waste collection, plastic management, etc.

  6. Field work and outdoor learning. Service-learning activities in which the theoretical learning of content is combined with a service to society that improves a situation.

How to educate in responsible consumption?

Developing, of course, skills and emotional intelligence, encouraging the practice of reflection on the other:

  1. Show the importance of generosity, valuing what one has. Being generous implies sacrificing something that you keep for yourself, for the good of the other.

  2. Generosity only develops when the other’s situation has been understood through developing sensitivity towards others. In addition, after the analysis of the situation comes the reflection on what is appropriate to help that specific person.

  3. Understand the example of generous people. Living with generous people develops us and also allows us to learn from them to practice generosity.

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