Fátima, cuéntanos más de ti. ¿Cuáles son tus orígenes?
Yo estudié en el Instituto de Bachillerato de Valverde, cuando aún era una extensión del I.E.S. Tomás de Iriarte , de Santa Cruz de Tenerife. Seis años de Bachillerato y el C.O.U. Desde los primeros cursos tuve claras dos cosas: quería estudiar todas las materias de Letras, pero sobre todo, griego y latín. Tuve al mejor de los docentes, don Juan Antonio Padrón Hernández, profesor que hizo que amara la cultura y las lenguas clásicas. Cuando terminé y fui a la Universidad, quería estudiar lo mismo que él. Y dedicarme a enseñar lo que tanto me gustaba.
Sabemos que eres recordada por todos tus alumnos y alumnas con gran cariño, no sólo por tu calidad como docente sino por tu trato humano, inclusivo e individualizado. Tu grandeza humana y capacidad empática deja una impronta imborrable en tu alumnado.
¿cómo recuerdas tus primeros años como profesora?
Mi primera experiencia como profesora fue una sustitución de dos meses, en un centro privado, enseñando griego, latín, filosofía, con un estricto control sobre mi persona, por parte del director del Centro. Afortunadamente, a partir de ahí, mi trabajo fue en la enseñanza pública, concretamente otra sustitución en el I .E.S. Tomás de Iriarte, con una experiencia mucho más enriquecedora. Después de aprobar las oposiciones, ya continúe en la pública hasta mi reciente jubilación.
¿Cómo has sentido evolucionar tu vocación durante los años de tu carrera profesional?
Con los años de experiencia, de maduración, cada día me he sentido más cómoda y más segura en mi trabajo. Te diré una sola cosa, si volviera a nacer, volvería a dedicarme a la docencia, una y mil veces.
Según tu opinión, ¿cuál es el ingrediente para mantener la motivación en la acción educativa con el paso del tiempo?
Hay varios motivos para disfrutar de esta profesión, tu pasión por las materias que enseñas, sentir empatía y cariño por el alumnado, siendo consciente de que trabajamos con personas, en una edad compleja, cada uno con sus propios problemas y su propio carácter. Yo pienso que si no sientes amor por lo que enseñas ni amor por los que reciben tus enseñanzas, nunca serás ni un buen docente, ni disfrutarás de tu trabajo. Es una profesión dura y tiene que ser vocacional.
“Si no sientes amor por lo que enseñas, ni amor por los que reciben tus enseñanzas, nunca serás ni un buen docente, ni disfrutarás de tu trabajo”.
Como orgullosa madre, inmejorable docente, viajera, amante de la cultura y el conocimiento. ¿Hay alguna otra faceta que te guste cultivar? ¿Qué otras inquietudes culturales y educativas te gustaría seguir explorando?
Sabes, Elena, que mi pasión es el mundo Antiguo, sobre todo, Grecia y Roma, el mundo árabe, los libros, y viajar. No hay mayor placer que visitar todos esos lugares que hemos estudiado en las clases, en los libros, es como la culminación de un sueño. Yo, la primera vez que visité Micenas, en Grecia, lloré de la emoción, sólo de imaginarme a Agamenón, llegando triunfante de la guerra de Troya, y de su trágico destino, a continuación.
Fátima, hablas latín y griego fluidamente, mantienes contacto habitual con la cultura griega, eres una experta en historia latina y helénica, consigues transmitir a tu alumnado la magia de la historia, política, arte y lenguas clásicas. ¿Qué recomiendas a los profesores de lenguas para que motiven al alumnado a conocer otros valores culturales y simpatizar con otras formas de pensar, a enamorarse del valor universal del conocimiento?
Estudiar una lengua, ya sea actual o las mal llamadas lenguas muertas, implica un conocimiento exhaustivo de su origen, de la historia del lugar donde originaron. Aprender latín sin saber ni dónde está ubicada Roma o sin conocer la importancia de esta lengua en la cultura occidental, no tiene ningún sentido para mí. Tenemos que conocer el pasado de cada pueblo, para poder entender su presente y poder imaginar su futuro.
¿Qué retos más importantes crees que afronta hoy en día la comunidad educativa?
Retos hay muchos, pero el más importante es la introducción de las nuevas tecnologías, dejando de lado el conocimiento humanístico, la sensibilidad por lo ” inútil”, por ejemplo, lenguas clásicas, filosofía, literatura… Pienso que una persona no está plenamente desarrollada si no conoce y domina todas esas materias, por lo que se tendrá que llegar a un equilibrio entre tecnología y conocimiento. Si no es así, nos convertiremos en simples máquinas de saber.
¿Qué fechas o anécdotas recuerdas con más cariño de tu carrera profesional?
Quizás los mejores años de mi vida profesional los viví en el I E S Poeta Viana, centro en el que trabajé como docente la mayor parte de mi vida profesional. Fueron años de luces, de sombras, de conflictos, de mucho amor, de aprender lo que significa convivir, con alumnos de muy diversas culturas y orígenes. Me quedo con la relación personal entre mi alumnado y yo, es la mayor satisfacción de tantos años de trabajo.
¿Qué mensaje querrías enviar a docentes, padres y madres y alumnado?
El mensaje que quiero transmitir a toda la comunidad educativa, es que la base de una buena educación está en el respeto mutuo, en el trabajo y la constancia diarias, y en el trato humano, que nunca debe traspasar las líneas del insulto, la humillación, el desprecio, por parte de nadie. Y que nuestro deber es formar, educar, enseñar a pensar, no crear máquinas, sino seres humanos, sensibles, fuertes, seguros de sí mismos.
¿Crees que la tarea de docente hoy en día es más difícil?
Yo, a los docentes más jóvenes, les diría que amen lo que enseñan, que respeten a los alumnos y se dejen respetar por ellos, que comprendan la situación social complicada en la que vivimos, y que transmitan a los alumnos pasión, ganas de aprender, de superarse. Mi experiencia es que , a pesar de lo que se dice, cuando tú das, el otro responde. Creo en la generosidad de la gente joven, porque he trabajado con ellos durante más de 30 años.
Por último, ¿con qué cita de autor te identificas?
Mi lema siempre ha sido ” carpe diem”, del poeta romano Horacio, significa disfruta del momento, vive el presente, con cordura, con alegría, con amor, porque después de esta vida, todo se acaba.
Muchísimas gracias, Fátima, por compartir con nosotros.
Fátima, tell us more about yourself. What are your origins?
I studied at the Valverde High School Institute, when it was still an extension of the I.E.S. Tomás de Iriarte, from Santa Cruz de Tenerife. Six years of Baccalaureate and the C.O.U. From the first courses I had two things clear: I wanted to study all the subjects of Human Studies, but above all, Greek and Latin. I had the best of the teachers, Mr. Juan Antonio Padrón Hernández, a teacher who made me love cultures and classical languages. When I finished this period and went to university, I wanted to study the same degree as him, and dedicate myself to teach all this knowledge I liked so much.
I studied classical philology at the University of La Laguna, at a time when this specialty had been eliminated due to lack of students. In fact, in my promotion there were five people. We ended the year 1982.
We know that you are remembered by all your students with great affection, not only for your quality as a teacher but for your humane, inclusive and individualized treatment. Your human greatness and empathic capacity leaves an indelible mark on your students How do you remember your first years as a teacher?
My first experience as a teacher was a two-month substitution, in a private center, teaching Greek, Latin, philosophy, with strict control over me, by the director of the Center. Fortunately, from there, my work was in public education, specifically another substitution in I.E.S. Tomás de Iriarte, with a much more enriching and fulfilling experience. After passing the state exams to become a teacher, I continued in the public school until my recent retirement.
How have you felt your vocation evolve during the years of your professional career?
With the years of experience, of maturing, every day I have felt more comfortable and more secure in my work. I will tell you only one thing, if I were to be born again, I would dedicate myself to teaching again, a thousand times.
In your opinion, what is the ingredient to maintain motivation in educational action over time?
There are several reasons to enjoy this profession, your passion for the subjects you teach, feeling empathy and affection for the students, being aware that we work with people, at a complex age, each with their own problems and their own character. I think that if you do not feel love for what you teach or love for those who receive your teachings, you will never be a good teacher, nor will you enjoy your work. It is a tough profession and it has to be vocational.
As a proud mother, excellent teacher, traveler, great lover of culture and knowledge. Is there any other facet that you like to cultivate? What other cultural and educational concerns would you like to continue exploring?
You know, Elena, that my passion is the ancient World, especially Greece and Rome, the Arab world, books, traveling. There is no greater pleasure than visiting all those places that we have studied in classes, in books, it is like the culmination of a dream. The first time I visited Myceanae, in Greece, I cried, overwhelmed, just thinking about Agamemnon, arriving triumphant from the Trojan War, and his tragic fate, afterwards.
Fatima, you speak Latin and Greek fluently, you maintain regular contact with Greek culture, you are an expert in Latin and Hellenic history, you manage to transmit to your students the magic of history, politics, art and classical languages. What do you recommend to language teachers to motivate students to learn about other cultural values and sympathize with other ways of thinking, to fall in love with the universal value of knowledge?
Studying a language, whether current or the so-called dead languages, implies an exhaustive knowledge of its origin, of the history of the place where it was born. Learning Latin without knowing where Rome is located or without knowing the importance of this language in Western culture, does not make any sense to me. We have to know the past of each society, to be able to understand their present and to be able to imagine their future.
What major challenges do you think the educational community faces today?
There are many challenges, but the most important is the introduction of new technologies, leaving aside humanistic knowledge, sensitivity to the “useless”, for example, classical languages, philosophy, literature … I think that a person is not fully developed if you do not know and master all these subjects, so you will have to reach a balance between technology and knowledge. If not, we will become simple knowledge machines.
What dates or anecdotes do you remember most fondly from your professional career?
Perhaps the best years of my professional life were spent at I E S Poeta Viana, a center where I worked as a teacher for most of my professional life. They were years of lights, shadows, conflicts, a lot of love, of learning what it means to live with students from very different cultures and origins. I keep the personal relationship between my students and me, it is the greatest satisfaction of so many years of work.
“…if you do not feel love for what you teach or love for those who receive your teachings, you will never be a good teacher, nor will you enjoy your work”
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Do you think the teaching task today is more difficult? What advantages and disadvantages do you find?
I would tell the younger teachers to love what they teach, to respect the students and allow themselves to be respected by them, to understand the complicated social situation in which we live, and to transmit to the students passion, desire to learn , to overcome. My experience is that, despite what is said, when you give, the other responds. I believe in the generosity of young people, because I have worked with them for more than 30 years.
What message would you like to send to teachers, parents and students?
The message that I want to convey to the entire educational community, it is that the basis of a good education is in mutual respect, in daily work and perseverance, and in humane treatment, which should never go beyond the lines of insult, humiliation, contempt, by anyone. And that our duty is to train, educate, teach to think, not create machines, but human beings, sensitive, strong, sure of themselves.
Finally, with what author quote do you identify yourself?
My motto has always been “carpe diem”, from the Roman poet Horacio, it means enjoy the moment, live the present, with sanity, with joy, with love, because after this life, everything ends.
Thank you very much, Fátima, for sharing with us.
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